Cosas que no sabías sobre Glen Powell — y su audaz salto a The Running Man

Glen Powell se ha convertido rápidamente en una de las estrellas más magnéticas de Hollywood, pero lo que muchos no saben es que su camino hacia la fama ha sido largo y lleno de giros inesperados. Detrás de su sonrisa fácil y su apariencia de galán clásico se esconde un actor trabajador, con ambición creativa y un fuerte sentido de sus raíces texanas. Y ahora, con su papel protagónico en The Running Man, Powell está entrando en la etapa más desafiante —y quizás más definitoria— de su carrera.

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De Austin a Hollywood

Nacido el 21 de octubre de 1988 en Austin, Texas, Glen Thomas Powell Jr. no creció con conexiones en la industria del cine ni con un plan claro para llegar a Hollywood. Era un chico atlético e inquieto, que equilibraba el fútbol americano y el lacrosse con actuaciones en teatro y clases de tap. Después de graduarse de Westwood High School, asistió a la Universidad de Texas en Austin y se unió a una fraternidad, pero finalmente decidió dejar los estudios para dedicarse por completo a la actuación.

No fue una decisión fácil. No tenía contactos importantes ni un futuro asegurado, pero ese salto al vacío definiría la forma en que enfrentaría su carrera: con determinación y riesgo calculado.

El ascenso lento: de papeles pequeños a grandes oportunidades

El primer papel de Powell en el cine llegó en 2003 con Spy Kids 3-D: Game Over, un pequeño cameo que apenas se nota, pero que encendió la chispa de su carrera. Durante más de una década, acumuló pequeños papeles en series como CSI: Miami y NCIS, además de apariciones menores en películas que pasaron desapercibidas.

Su gran oportunidad llegó con Scream Queens (2015–2016), donde interpretó a Chad Radwell, un estudiante de fraternidad exagerado, cómico y descaradamente narcisista. El personaje fue un éxito y demostró su capacidad para mezclar humor, carisma y autoconciencia de una manera que pocos actores logran.

El verdadero salto llegó en 2022 con Top Gun: Maverick. Aunque no era el protagonista, su papel como Hangman fue tan memorable que robó escenas e hizo que el público lo recordara. Su química con Tom Cruise fue tan fuerte que el propio Cruise pagó para que Powell obtuviera su licencia de piloto después del rodaje. Ese detalle dice mucho sobre él: no se conforma con interpretar un personaje, quiere vivirlo.

El verdadero Glen Powell: centrado, curioso y creativo

A diferencia de muchos actores que se dejan arrastrar por el estilo de vida de Los Ángeles, Powell ha buscado mantenerse con los pies en la tierra. En 2024 decidió mudarse de vuelta a Austin, afirmando que necesitaba “reconectarse con lo real” y alejarse del ruido de Hollywood. Sus padres incluso han aparecido como extras en varias de sus películas, un gesto que muestra lo importante que sigue siendo la familia para él.

Además de actuar, Powell ha trabajado detrás de cámaras. En 2023 coescribió y produjo Hit Man junto al director Richard Linklater, una comedia inteligente sobre identidad y engaño. El éxito de la película confirmó que Powell no solo es un actor talentoso, sino también un creador con visión.

También es piloto licenciado, gracias a su experiencia en Top Gun, y dice que volar le da perspectiva. “Estar en el aire te recuerda lo pequeña que es la fama”, comentó en una entrevista. Esa combinación de humildad y ambición resume bien quién es él: un hombre que quiere llegar lejos, pero sin perder la cabeza en el camino.

El gran salto: The Running Man

Ahora llega su proyecto más ambicioso. The Running Man, dirigida por Edgar Wright, es una nueva versión de la película de 1987 protagonizada por Arnold Schwarzenegger, basada en la novela de Stephen King escrita bajo el seudónimo Richard Bachman. La historia sigue a Ben Richards, un hombre obligado a competir en un despiadado programa de televisión ambientado en un futuro distópico, donde los concursantes deben sobrevivir a cazadores profesionales para ganar dinero y fama.

Powell interpreta a Richards, y esta nueva versión busca alejarse del tono caricaturesco del original. Wright ha prometido una adaptación más oscura, emocional y fiel al espíritu de la novela. Powell realiza muchas de sus propias escenas de acción, incluso aquellas que preocuparon a su madre al ver lo intensas que eran. Es un papel exigente física y emocionalmente, pero también una oportunidad para demostrar su rango y profundidad como actor principal.

Por qué The Running Man importa

La versión original de The Running Man fue una sátira de su tiempo, pero la nueva adaptación apunta a algo más profundo. Con la mirada única de Edgar Wright y la interpretación de Powell, la película explora temas contemporáneos: la obsesión mediática, el entretenimiento extremo y la deshumanización de la sociedad moderna.

Para Powell, es una apuesta grande. Es su primer papel como protagonista absoluto en una superproducción de acción, y el resultado podría definir su futuro. Si logra hacerlo bien, se consolidará como un actor versátil y de peso; si no, seguirá siendo un creador dispuesto a arriesgarse, algo que en sí mismo es admirable. De cualquier modo, The Running Man marca una evolución en su carrera y demuestra que no teme salir de su zona de confort.

Más allá de Hollywood

Es fácil pensar que Glen Powell es una estrella que surgió de la nada, pero la realidad es que su éxito se ha construido a base de constancia, disciplina y autenticidad. No se dejó moldear por la industria: creó su propio camino, paso a paso.

Con The Running Man en el horizonte, Powell está en un punto fascinante. Tiene el carisma para ser una gran figura del cine comercial, pero también la inteligencia y la ambición necesarias para convertirse en un creador de historias con propósito. Y quizá eso sea lo más sorprendente de todo: no está simplemente jugando el juego de Hollywood. Está escribiendo sus propias reglas.

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